¿Qué quieres ser de mayor?

La primera vez (2012) que  pregunté a L. qué quería ser de mayor, me dio tres alternativas: policía, astronauta y arreglador de casas. Bueno, en realidad, me dijo que "quería tener los tres disfraces".

Luego pasó muchos meses queriendo ser cuidador de reptiles en un zoológico. Tenía planeado abrir un pequeño zoo en el descampado que hay frente a nuestra casa, con su amigo E., dos años más pequeño que él. Hasta preparó un plan de negocio. Entre los animales que tendrían en la instalación, uno de los más exóticos era la pulga. Y programarían actividades de interacción con todos ellos, pulgas incluidas.

Con ocho años más o menos, se dio cuenta de que era mejor tener un abanico de posibilidades (literalmente me dijo que, si tenía varias opciones, era más probable encontrar un trabajo: tan pequeño y ya tan consciente de la mierda de mercado de trabajo español), así que volvió a la opción de los tres "disfraces": poeta, decorador de interiores o director de cine.

Y con nueve, profundizando en planes improbables,  decidió que quiere ser paleontólogo.

Veremos...


Con diez años amplió de nuevo el abanico: la primera opción seguía siendo paleontólogo, pero de no poder serlo, le gustaría ser director de cine o profesor (de matemáticas y lengua, para que no sea en inglés).

Y con once, aficionado a The Big Bang Theory: "Si se me da bien la física en el insti, seré físico de mayor".

Con doce ya considera las matemáticas demasiado difíciles para dedicarse a ellas. Le gustaría ser catador de videojuegos o paleontólogo.

Con trece no tiene ni idea de qué querría ser cuando llegue a adulto. 

A los catorce ha habido varias propuestas. "CEO de Amazon" fue lo primero que salió de su boca. Unos días más tarde, en un ataque de realismo, volvió a una idea antigua: profesor.

Casi a punto de cumplir los quince ha vuelto a pensar en la paleontología. Lo que ha cambiado es la forma de llegar a ella: geología, en lugar de la biología que había tenido en el punto de mira desde pequeño.