sábado, 30 de enero de 2016

El control de pasaportes

G. y S. viajan a EEUU para visitar a un familiar. Aunque  no hablan inglés, les han explicado cómo proceder desde que se bajen del avión hasta la salida del aeropuerto de Atlanta. "Ante todo, haced siempre caso de lo que os digan los funcionarios de inmigración", les han advertido.

Llegan a una sala inmensa con decenas de puestos de control de pasaportes. Algunos para los nacionales y los residentes legales, otros para los que vienen sólo de visita. Pero no se puede elegir. Un empleado del aeropuerto les dice en qué puesto deben hacer cola. G. cae en la cuenta de que esa no es la más corta y, por lo tanto, tendrá que esperar más, e intenta explicarle -en español, claro- al señor, que es mejor ir a otra fila. Su hermana, que recuerda bien la advertencia, le dice "Es un país demasiado grande para que lo arregles todo en una semana".

Y vuelven a la fila asignada.

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